En área de Fernando López, ex grupo de Nicolás Blancas opera pensiones con documentos apócrifos
Felipe Cruz Ramirez, pese a haber salido mal del ISSSTE, regresó a cumplimiento de sentencias; gran negocio
Por Aldo Fuentes
Debido a que se entregan con «documentación apócrifa», las pensiones jubilatorias que se operan en el departamento de pensiones de la subdelegación de prestaciones de la representación de la zona norte del ISSSTE en la CDMX debieran ser incluidas en la revisión anunciada por el director general, Martí Batres Guadarrama.
En un mensaje que José David López Fuentes, un ex operador en la UAPE 01, subió al sitio de Facebook «Sindicalissste», señaló que esa pensiones son operadas por instrucciones de Juan Pablo Trejo Parada -jefe de servicios de atención integral a jubilados y pensionados de la subdirección de pensiones-, el subdelegado Fernando López Campos y la encargada del departamento de pensiones, Gloria Noemí Soto Cejudo.
«A ellos no los corren», escribió el 10 de noviembre. En respuesta, Samanta Sanchez (sic), hizo referencia a la relación que el subdelegado López Campos mantendría con Sandra Ivette Colin que es secreto a voces en las oficinas delegacionales.

Esa relación parece ser cierta -de la que somos respetuosos por tratarse del ámbito privado -lo censurable, en última instancia sería que la exhiban en oficinas públicas-. Cuando López Campos fue jefe de departamento por lo menos tres mujeres lo señalaron de acoso.
López Campos llegó al ISSSTE con Erick Vera Olivares, entonces subdirector de pensiones en el gobierno de Enrique Peña Nieto, como su secretario particular. Es un priísta renegado.
En ese entonces se relacionó con Juan Pablo Trejo Parada, quien estaba adscrito a afiliación y vigencia de derechos, donde también estaba Anahí Vargas Vargas en posiciones irrelevantes.
En el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Carlos Augusto Mercado fue designado subdirector de pensiones. La señora Vargas Vargas asumió la jefatura de servicios del SAR. López Campos tuvo la habilidad para acercársele y quedarse con una jefatura departamental.
Mercado estuvo un tiempo incapacitado por enfermedad en 2021. Pedro Zenteno -un año antes había dejado la dirección normativa de administración y finanzas para asumir la dirección de Birmex- se convirtió en director general del ISSSTE y designó a Yezmin Lehmann directora de prestaciones económicas, sociales y culturales. Fue una época de corrupción en la mayoría de áreas.
La señora Vargas vio la oportunidad y con un proyecto de cumplimiento de sentencias, logró convertirse en subdirectora de pensiones. Trejo Parada asumió la jefatura de servicios de atención integral a jubilados y pensionados (SAIJUP), mientras Felipe Cruz Ramírez reasumió la estratégica área de cumplimiento de sentencias -regresaba al ISSSTE de donde había salido por la puerta de atrás, de la mano de Mayra Angélica Molina-.
Al grupo se le alinearon los astros, pues buscaba hacerse de cualquiera de dos representaciones de zona en la CDMX, norte u oriente. En los primeros meses de 2023 se presentó una oportunidad que no dejaron escapar: Nicolás Blancas Lima, agobiado por sospechas de corrupción, debió renunciar a la subdelegación de prestaciones en la primera, la más importante.
Lograron colocar en esa estratégica posición a López Campos, quien adoptó a Gloria Noemí Soto Cejudo y Lorena Berenice Gámez Martínez, que formaban parte de la estructura señalada de corrupta de Blancas Lima -con la segunda ellas había chocado levantándole un acta administrativa por haber salvado cajas y bolsas de documentos comprometedores de las oficinas delegacionales en diciembre de 2022, sin que se deslindaran responsabilidades-.

Una segunda acción emprendida por el nuevo subdelegado, fue abrir una oficina desde la que emprendió la revisión pensiones en busca de irregularidades. El parecido con el anuncio del actual director general del ISSSTE, Martí Batres Guadarrama es de una coincidencia de llamar la atención.
En realidad el objetivo fue obligar a los operadores de pensiones que se han enriquecido escandalosamente con el manejo irregular de las pensiones, a sentarse a negociar a cambio de no darle vista ni al Órgano Interno de Control (OIC) ni a la dirección jurídica. El negocio parece haber florecido.
Y una tercera acción de López Campos, fue deshacerse de trabajadores de base que no comulgaran con la señoras Soto Cejudo y Gámez Martinez. Con el pretexto de «necesidades del servicio» -una reverenda mentira que ni el pomposamente llamado comité de ética ha osado tocar con el pétalo de una investigación-, los mantienen comisionados arbitrariamente en clínicas y estancias infantiles, sin preparación académica y experiencia.
Soto Cejudo -una ex comerciante ambulante- había sido operadora de pensiones en la unidad administrativa de prestaciones económicas (UAPE 08), por lo que no sólo conoce a los que se han enriquecido, sino además de la forma irregular en que se cobran los seguros de vida institucional de los jubilados mediante cambio de beneficiarios, a través del supuesto extravío del primer registro -¿por eso tiene en esa posición a Juana «Fanny» de Gante?-.
El grupo compacto de la subdirectora de pensiones del ISSSTE está integrado además por su secretaria particular Elizabeth Leyva Curiel -¿que papel jugó su tía Clara Elena Leyva Meza, cercana de la ex directora Lehmann y más amiga de Janely Matzayani Cruz García?-, Felipe Cruz Ramírez, Rubén Cruz Martínez, Leticia Alba Hernández, Rodrigo Melo y Luz María Alfaro Badillo.
Todos son estratégicos, con un «indiscutible talento para el cinismo», parafraseando a Arturo Pérez-Reverte en su espléndida novela «Sabotaje». La secretaria particular -con categoría de subjefa de departamento y un salario mensual de 17 mil 313.60 pesos-, maneja la contratación de personal por honorarios -por lo menos la mitad son por salarios asimilados o bien por servicios profesionales-. Otro negocio floreciente.
Felipe Cruz Ramírez, jefe del departamento de programas pensionarios, según esto, con cercanía con los más importantes despachos jurídicos con los que acuerda los cumplimientos o incumplimientos de sentencias y que debiera merecer atención especial. Millones de pesos han ingresado al grupo y que la administración de Batres debiera investigar si tiene interés por iniciar el combate a la galopante corrupción que carcome al ISSSTE.
Ese equipo le ha permitido a la subdirectora Vargas Vargas no tener necesidad de asistir a su oficina durante casi un año, bajo el argumento de un embarazo de alto riesgo. ¿Así o más corruptos…?